¿Cuál es la contraseña más utilizada en el mundo? La respuesta: 123456. Asusta, ¿verdad? Esto demuestra lo descuidada que sigue siendo la gente con respecto a la seguridad de los datos personales. El peligro que supone la ciberdelincuencia aún no ha llegado al público en general. Sin embargo, ahora es un negocio mundial que mueve miles de millones, con delincuentes organizados profesionalmente que ofrecen sus servicios en la Darknet. Solo en Alemania, los daños a las empresas por ciberataques fueron de 223.000 millones en 2021, el doble que en 2019 y cuatro veces más que en 2017 (datos según la asociación del sector Bitkom). Los delitos registrados se refieren sobre todo al espionaje industrial y al chantaje, pero también al fraude con tarjetas de crédito, al robo de criptomonedas y al robo de datos.
Desde el ataque de Rusia a Ucrania, se ha puesto de manifiesto la dimensión política de la ciberguerra. Los ataques a las infraestructuras de un país, como el suministro de electricidad y agua, las redes de comunicación o incluso los objetivos militares, pueden causar importantes daños a un país y a su población. Los ataques a empresas, como la indisponibilidad de sitios web, el robo de datos o la interrupción de las cadenas de suministro, pueden llevar a las empresas a la ruina. Una de las razones de la creciente amenaza es la mayor digitalización. Cada vez hay más dispositivos conectados en red y esto también ofrece más puntos de entrada para los hackers.
Qué hacer?
Primero hay que enfocar mejor el tema. Las empresas y los políticos deben tomarse más en serio la ciberdelincuencia. Son una amenaza para la seguridad, la prosperidad y el orden público. Las empresas y las autoridades deben invertir más en seguridad informática. Los daños causados por la ciberdelincuencia son mucho más elevados que los costes de aumentar la seguridad informática. El objetivo debe ser que las instituciones públicas, las infraestructuras, las empresas y, por último, los particulares actúen con más precaución y se protejan mejor a sí mismos y a sus pertenencias digitales.